Hace unos días me
encontré con una amiga para tomar café. Ella, acaba de terminar un largo e
infructífero noviazgo y me decía:
- - Ari, ¿en dónde o cómo conoce uno un hombre hoy en día? Yo no estoy en esas desde hace años ¡Qué pereza empezar de nuevo! Aparte de estar “fuera de práctica” estoy desactualizada.
Para contestar su
pregunta, pensé en dónde había conocido a mis 10 últimas citas. Y la respuesta
es:
- - 3 en redes sociales comunes
- - 4 en el trabajo
- - 2 en Tinder
- - 1 en un bar
Si me hubieran hecho esta
pregunta hace unos 10 años, posiblemente la respuesta hubiera sido: en bares,
universidad o por medio de amigos. Pero las mujeres de mi edad dedicamos mucho
de nuestro tiempo al trabajo, ya salimos de la U, no frecuentamos tantos bares
como antes y además, pues con la tecnología es imposible no conocer alguien por
medio de la web.
Eso si, yo siempre repito
como lora: Hay que tener muchísimo cuidado con la web, porque así como hay personas
con buenas intenciones como una, también hay muchos peligros y locos.
Los 3 de redes sociales
comunes, los conocí porque eran amigos de alguien que yo si conocía. Y en el
caso de Tinder, me aseguré por medio de un stalkeo profundo y detallado que se
trata de chavalos comunes y corrientes antes de salir con ellos.
Por otra parte, se de
sobra lo que dicen: que nunca hay que meter el colchón en la planilla. Pero el
trabajo es el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y por tanto
donde convivimos mucho más con personas. Y a menos que nos encontremos en
estado “ocupado” es casi improbable que logremos salir invictas.
Ojo, hay que asegurarse
que las dos partes tienen la madurez para manejar la situación en caso de que
todo termine para no poner en riesgo nuestro salario y nuestra paz laboral.
Conozco de chicas a las
que sus familiares les hacen campañas de maridos y le presentan a cuanto
chavalo disponible encuentren, o bien, se inscriben en clases de algo o el gimnasio
para conocer personas. Conozco casos de éxito con estos medios.
Personalmente creo que el
amor llega solo, que no hay que buscarlo o perseguirlo sin que esto implique
esperar a que nos llegue a tocar la puerta de nuestra casa (aunque fijo habrá
alguien con alguna historia de amor con un testigo de Jehová).
Como el agricultor que
prepara el campo para la siembra y posterior cosecha, la parte que nos corresponde
a quienes deseamos tener una pareja, es preparar el corazón para que germine un
futuro amor. Limpiarlo de todo lo viejo, lo malo, lo triste y lo oscuro de
nuestras relaciones pasadas para dejar espacio a lo bueno.
Así que si están como yo,
con San Antonio de cabeza, aprovechemos nuestra soltería para soltar, para
limpiar y cerrar heridas, para practicar y fortalecer nuestro amor propio, para
realizarnos en todos nuestros otros ámbitos como mujeres y quemar etapas.
Recuerden el poder de la
atracción: lo que damos al universo es lo que atraemos ;)
Ariela.