Empezaré
este blog de la manera más cliché posible, si, contándoles por qué lo abrí. Resulta
y acontece que me encuentro en mis treinta y un piquito, soltera y sin novio a
la vista. ¡Relaaax! No es el blog de una solterona deprimida, déjenme terminar
la idea.
No
es que sea una belleza de calendario pero alguito de amor puso Dios en este ser
humano; soy profesional y tengo un empleo bien remunerado, me educaron con
valores aunque aclaro que no me ando dando golpes de pecho por ahí; soy buena
conversadora y según dicen tengo buen sentido del humor, me gusta compartir con
mis amigos aunque confieso que ya me pasó esa etapa de andar emparrandada.
No
tengo hijos, amo los perros y no soy chula con los chavalos. Me encanta reírme
hasta que me duela la panza, dormir, bailar, la música, los libros, la buena
comida y los helados. En fin, para no cansarlos, disque soy un buen partido.
Cuando
cumplí 30, me liberé de quince mil ochocientos cincuenta y cinco complejos y
cargas sociales para empezar a quererme y valorarme más. Pero no les niego que
me empecé a sentir un poco extraña cuando la mayoría de mis compañeras de
colegio y universidad empezaron a casarse y tener hijos y yo, pues… Nada.
Hasta
que abrí más los ojos, vi un poco más lejitos de ese círculo y caí en cuenta
que no era la única chavala “buen partido” de treinta y piquito que estaba
soltera y sin Romeo. En unos minutitos, conté unas 5 mujeres que uno dice ¿Diay,
ahí qué pasó?
Me
puse a pensar y preguntar razones y podría decirles algunas como que “Las
mujeres ya no se quieren casar”, “Ya no hay hombres buenos”, “Los hombres les
tienen miedo a las independientes”, “Juegan demasiado de exquisitas”, “Creen
que nadie las merece”, “Están locas fijo”, “Tienen problemas de autoestima” y etc.,
etc., etc. Puede que sí, puede que no. No es un misterio que pretendo resolver
acá.
Pero
la única realidad desde mis zapatos, es que no existen mujeres que conscientemente
queramos estar solas ¡Es mentira! Porque no he conocido ni una sola aún que no
desee alguien que le demuestre interés, que la mime, que le ponga mensajitos,
la saque a pasear, le sonría con dulzura, que la abrace como si no quisiera que
se fuera jamás o que simplemente se acurruque a su lado.
¿O
conoce alguna que celebre pasar San Valentín sola? ¿O le guste ir a cenar por
la noche y ver solo parejillas? O para ir acorde a la época ¿Que disfrute
escuchando por enésima vez “Navidad sin ti” de los Bukis? ¡Ninguna! ¿Verdad?
Lo
admitamos o no, todas las que hoy estamos solteras queremos encontrar el amor,
a nuestra medida y estilo, pero queremos amar y ser amadas. Y de eso se trata
este blog: de mi fe en el amor que no buscas pero te encuentra, de cómo
aprendemos de las experiencias que vivimos mientras andamos y de cómo el
corazón sigue alerta ante las señales (a veces erróneas) de la aparición de ese
alguien especial.
Y
si llegó hasta aquí leyendo, lo invito a seguir mis futuras entradas, quizás
alguna de mis experiencias le sirva de
algo si está en mi misma posición, o al menos para darse cuenta que no es el/la
únic@ que mete la pata en temas de corazón. ¿Quién quita y se identifique? ;)
Ariela.
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